Buscar este blog

domingo, noviembre 02, 2008

El desayuno desnudo



Yo también quiero escribir burdas palabras que no tengan lógica alguna, llenas de perversiones, sangre y depravación, cuentos e historias cubiertas de bilis, sangre, palabras incoherentes, historias sin principios ni final, sobre un tipo “normal”, alto, delgado, ojos azules, lentes grandes, y por supuesto un elegante traje, que no tenga temor alguno de probar drogas de todo tipo cómo hachís, almendras, amapolas, 100 pies alucinógenos, venenos para cucarachas y por qué no, una secreción extraterrestre debido a la excitación de tal criatura.

Entre estas cosas, sexo, tríos, historias de homosexuales, cuentos por los que me llamen locas, quizá tan pervertidas, que inclusive aquellos que disfrutan de la perversión se asombren y provoquen tal repulsión que sientan que es un asco.

Sobre una mermelada creada con almendras y residuos de hachís, que provoque un subido de la libido tal punto que el sexo mientras se escribe en una vieja y usada maquina de escribir, se transforme en un deleite que pocos puedan soportar y sólo unos menos disfrutar.

Mujeres cubiertas con un velo, a simple vista musulmanas, experimentando tendencias lésbicas, redescubriendo su sexualidad. Entre tanto, el mismo tipo escribiendo en su maquina, mientras ella, y si digo, pues aquella maquina tiene vida propia, le comenta que hizo bien en matar a su mujer, él se droga… sí disminuye su dosis, intenta dejarlo pero se deja llevar por aquella fuerte y extraña alucinación.

Su máquina le comenta que las mujeres no somos humanas, o mejor dicho somos un ser distinto al hombre.

Mientras un par de amigos intentan disuadirlo de dejar las drogas…, no pueden, aquel saco que el tipo aseguraba ser su maquina de escribir, era nada mas que un saco lleno de píldoras, hachís, opio, polvos alucinógenos y otras medicinas que provocan ese efecto. Comienzan a ayudarlo a organizar su libro “el almuerzo desnudo”, entre humo de cigarros lo aconsejan.

Sus amigos se marchan, incapaz de caminar por si solo, debido a su borrachera, llora, llora de la impotencia, nada comprende, nada le parece bueno, sus únicos amigos en el mundo se han marchado, no han podido traerle a la realidad. Un chico guapo, ojos azules, y quizá un poco más centrado, su tendencia homosexual se marca a simple vista.

“se puede convertir a un tipo normal en un homosexual asumido a punta de drogas y alucinógenos”

….un escritor vive una triste realidad como todos… se ve un pequeño gatito amarillo correr ante los pies de aquel tipo normal, el busca aún a aquella mujer que amó que con sus propias manos asesino, esa ninfomana y drogadicta que lo robo sus sueños mientras le daba el placer que jamás recobro.

Y para poder escribir nuevamente volvió a asesinar…y quien lo diría, escribí, lo que quería, pervertidas palabras, llenas de perversiones, sangre y depravación, cuentos e historias cubiertas de bilis, sangre, palabras incoherentes, historias sin principio ni final.