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lunes, abril 19, 2021

La edad del Filtro



El cabello radiante, piel lisa como seda, ojos brillantes cual sol, cejas contorneadas, pestañas largas al infinito, la nariz más delgada, los labios más gordos y ¿cómo no?  La silueta en V del mentón marcada.

Son filtros, hoy son habituales y todos los usan a diario, pero es esta nueva normalidad una forma de adaptarnos mentalmente a seguir buscando cánones perfectos. A insistir con esa belleza uniforme y genérica del retoque exprés.

La piel real tiene marcas, las del sol, las de la edad, las de las aventuras. Surcos que van de los sutiles a los fuertes, que llevan consigo mil historias y secretos que muchas veces hasta la cabeza olvido. Mi maquillaje en la vida real esta generalmente corrido, a diario nado, salto, sudo y lloro, son tiempos complejos para todos, la máscara de pestaña me llega hasta las ojeras, y el delineador rara vez se ve como estaba por la mañana.

un “Filtro” debería ser una materia porosa, a través de la cual se hace pasar un fluido para clarificarlo o depurarlo. Pero los filtros sólo nos crean expectativas de cómo debemos encajar en la belleza ideal y cómo debemos ser o qué debemos buscar, y entonces …    ¿es el ego el fluido metafórico de nuestra generación? …    ¿son nuestros prejuicios esa materia porosa?

triste en un país ajeno


Me gusta pensar que los problemas, las tristezas y la melancolía, que produce el vivir en un mundo enfermo, rápido, egoísta, discriminador, difícil e injusto, son sólo para valorar más lo bueno y aspirar a mejorar cada día todas las áreas de tu vida y tu mundo, que las pequeñas acciones llevan a los grandes cambios y que el respeto llama a respeto, todos debemos aprender a tolerar y respetar y 
a aceptar las diferencias de origen y modo. Por esto hoy me tomo mi día de luto por el mundo, y llevaré mi tristeza internamente sin dejar de dibujarme la sonrisa, porque motivos aunque no los veamos siempre tenemos alrededor para agradecer, regalando una sonrisa y ayudando a quién pueda, sin olvidar que la tristeza existe para valorar más las cosas buenas que a diario dejamos pasar a la cotidianidad del mundo exigente en lo superficial y superficial en lo esencial.

Me gusta pensar, que cada vez que me pongo triste sin motivo alguno es sólo para recordarme que hay que mejorar día a día, y hacer de éste nuestro único mundo, un lugar mejor, aunque se ponga frío y gris, porqué el sol todavía sale a diario, aunque no se vea siempre. 25/04/2014