El oxido en la mente

Recuerdo esos años en los que yo y mi imaginación caminábamos juntas a todas partes, esos años dónde no existía el aburrimiento o era un lujo sólo de adultos.
Los cerros eran dinosaurios, las calcetas bajo la cama monstruos rasguña pies por las noches, las sombras de los árboles brujas, las cajas vacías eran mucho más versátiles, podían ser televisiones, casitas, hornos, escuelas, piezas o hasta completas mansiones, las sabanas no eran para las camas si no para armar carpas en el patio.
Uy! Cómo la extraño, como recuerdo esa imaginación, con el tiempo nos fuimos separando y hoy no son más que vestigios de una infancia feliz, hoy los cerros son simples montones de tierra, las calcetas bajo la cama son un motivo para que mi mañana me rete por desordenada, las sombras de los árboles son el mejor refugio para el sol de mierda que daña mi piel, las cajas vacías se van a la basura, y las sabanas son un pretexto más para no salir de la cama.

El mundo no para...

El mundo no detiene sus giros y ni siquiera tiene el respeto de calmar su ritmo, todo sigue igual las flores se siguen abriendo al amanecer, el sol quema los rostros amables y el frío congela los huesos igual.

Las risas no se estancan, ni los líos, ni los problemas, todo avanza al mismo ritmo que siempre lo ha hecho.

El reloj avanza pero sus minutos se me hacen más largos, el olor a flores invade mi cocina y me quita un poco más las ganas de reír.

When i see you smile

Me gusta cuando me miras

Me gusta cuando te miro

Me gusta cuando nos miramos y cómplices nos reímos

El vuelo de despedida

Hoy volamos juntos, fue la primera vez en muchos años… nos sentimos libres, únicos y más juntos que nunca.

Recordé la primera vez que sentí el viento en la cara y la velocidad sobre mi piel, no tenía miedo, sabía que estabas tú para protegerme.

Te vi como antes, fuerte, atlético, jovial, dulce, galán. Yo me sentí como antes, niña, ingenua, segura, protegida, feliz.

Hemos luchado tanto, hemos llorado tanto, que es hora de demostrarte mi amor y despedirte con esa sonrisa que herede de ti, que ilumina tu mundo y que te hace feliz.

Estás cansado, y quieres volar, esta vez solo, y no puedo hacer más nada.

“Tu eres mágica” me lo dijiste ayer por primera vez, y hoy lo haz repetido una y otra vez, mientras acariciabas mi pelo. Ya no estamos solos, hoy puedo sentir a todas esas personas que hace más de una semana llevas diciendo que te acompañan.

Se acerca la hora de emprender tu vuelo, tu preparas tu viaje, y yo me preparado para dejarte ir. Me consuela saber que cada vez que surque el cielo, te veré en los rayos de sol que golpearán mi cara, en la suave brisa que me llevara a tus brazos, y esa magia que siempre compartiremos sin importar el lugar en el que no encontremos.