Entre risas y melancolía se despidió la noche nuevamente y nos recibió el día, la jornada llego a su final, de mil cosas hablamos y el pudor lo guardamos bajo la cama, la franqueza como es habitual se instauro en nuestras palabras, y sin más que unos vasos y cigarros dejamos nuestros pensamientos y palabras en el aire, en el mismo set, los mismos actores, con historias nuevas y una que otra repetida, con bromas, molestias y hasta una mímica.
Comienza el nuevo día o más bien lo despedimos, cambia el escenario y se integran nuevos actores, la franqueza no esta tan presente, pero las risas abundan, el recuerdo de desusados parlamentos y recuerdos de infancia, ya no somos los actores principales, incluso en algún momento no parecemos más que parte de la escenografía.
Se nos han mezclado los mundos, otra ves un descubrirnos en otras facetas, sé algunas no son de tu agrado, pero así es esta ex diva de las tablas.
Puede ser esta la última obra de estos dos histriónicos personajes, o quizás solo el nuevo comienzo de una nueva obra en el escenario de la hipocresía.
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