Buscar este blog

miércoles, noviembre 25, 2009

El oxido en la mente

Recuerdo esos años en los que yo y mi imaginación caminábamos juntas a todas partes, esos años dónde no existía el aburrimiento o era un lujo sólo de adultos.
Los cerros eran dinosaurios, las calcetas bajo la cama monstruos rasguña pies por las noches, las sombras de los árboles brujas, las cajas vacías eran mucho más versátiles, podían ser televisiones, casitas, hornos, escuelas, piezas o hasta completas mansiones, las sabanas no eran para las camas si no para armar carpas en el patio.
Uy! Cómo la extraño, como recuerdo esa imaginación, con el tiempo nos fuimos separando y hoy no son más que vestigios de una infancia feliz, hoy los cerros son simples montones de tierra, las calcetas bajo la cama son un motivo para que mi mañana me rete por desordenada, las sombras de los árboles son el mejor refugio para el sol de mierda que daña mi piel, las cajas vacías se van a la basura, y las sabanas son un pretexto más para no salir de la cama.

No hay comentarios.: