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martes, mayo 01, 2007

El Abrazo de Beowulf











Y así fue luego de llorarlo, al haberlo perdido por más de 50 años, por fin nuevamente lo tenia frente a mi, el nerviosismo estaba en sus ojos y las ansias en los míos, lo tome de la mano y acosté en el piso, suavemente me acerque a él, sus ojos, su pelo, su aroma, su piel, era él, sin duda alguna, solo el nombre cambiaba.

Posé suavemente mis labios sobre su cuello, su piel tembló y sin pensarlo dos veces sus ojos se cerraron y se dejaron llevar, busque su boca, juntamos los alientos como si algo mas grande nos tuviera ya destinado cada uno de nuestros movimientos, toque sus brazos fuertes pero suaves, y me envolvieron cual serpiente aprieta su presa, deje jugar mis manos sobre su pecho, y desnude mi cuerpo cual libro se abre para ser leído, sin pudor alguno saque jirón por jirón tu ropa hasta tenerte tal cual te quería, solo vestido con tu cabellera rubia sobre mi piel.

Embelezados de sudor y placer, con mis besos aquel temor que aun latía en él, se fue desvaneciendo, mis labios se abrieron sobre su torso, y en una convulsión placentera, cuando aun sus ojos se encontraban cerrados, mordí con fuerza su pecho como si nunca me hubiese alimentado, grito entre dolor y placer, bebí su sangre, vi la expresión de sus ojos que jamás olvidare, luego con mis uñas desgarre mi pecho y acerque su cabeza, la sangre brotaba cual rocío sobre las hojas en la noche, y bebiste como aquel niño que busca por primera ves la leche en los pechos maternos.

Todavía éramos uno, cuando te vi nacer, y te regale lo que nunca nadie te dio con tanto amor, la muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena escritora de literatura erotica

di dijo...

kuek!XD