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jueves, marzo 04, 2010

La vola de las gotas




Al principio como todos también las odiaba, acostumbro a traer mis gotas, de esas que luego de uno mañanero que alumbra el día, y en algunos casos con las personas, si no fueran tan files amigas. Le ofrezco a mis amigos gotitas en la buena onda, y de varios recibo el clásico “noo me matan la volá”, de pura vola analice el asunto, es cierto los efectos son notorios, tus ojos se tornan a un sospecho blanco, se abren más, ya que los deshincha, y te sentir mejor, es decir menos torpe.

Cariño es cierto pero analícese bien, sigue pensando existencialismos, en planes del día, en el carrete que se viene, en el viaje pasado, en que tiene que llamar a alguien, que aún le queda por ir al banco, ¡y otras mil tonteras más!, me explico, las ideas en su cabeza llegan bombardeando aleatoriamente, una tras otra sin tener orden ni hilo conductor, en otras palabras está usted ¡disperso!. El bajoncito le llega igual, pero está más vivito, menos torpe y con una cara presentable en sociedad. Cómo si esto fuera poco, a demás anda livianito de genio y con la sonrisa a flor de labios.

¿Cómo que le matan la volá?, usted está todavía en los cielos, sólo que no lo aparenta… tanto… no sea tacaño, gaste 1500 pesos y cómprese unas, su familia, profesores y amigos lo agradecerán. Claro si quiere darse el gustito de no echarse de vez en cuando tampoco está mal, pero para el día cotidiano, no se vaya en la volá.

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