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domingo, junio 21, 2009

El periodismo de ayer y hoy



“Si le hemos parecido amarillistas, disculpe usted, no hubo noticias optimistas” es una de las frases de la canción el noticiero de Ricardo Arjona, en ella se aprecia cual es la visión del mundo ante el periodismo, lejos de ser informativo, se ha vuelto morboso, farandulero y crudo.


¿Será acaso que el periodismo esta perdiendo su esencia o es que la esencia del mundo a cambiado? Hoy el público prefiere ver cosas banales y livianas, problemas ajenos y saber del resto. Poco interés causa en las personas su realidad, lo que sucede con sus gobernantes y crisis, a no ser que en estas estén metidas unas fotos indecorosas o problemas por drogas y alcohol.


El periodismo es un trabajo y para esto se necesita vender el producto. Debe ser algo que la gente esté dispuesta a comprar y es justamente aquí donde entra la ética profesional ¿Cuál es el límite de un periodista? Últimamente han sido temas de discusión los enredos amorosos entre modelos y futbolistas, la vida privada de una ex miss Chile y el famoso Transantiago. Lo gracioso es que más allá de la polémica del plan en si, lo que golpeo más fuerte fue que nuestro querido Bam Bam se prestara para eso., claro no podemos obviar la tan maligna gripe porcina, que dicho sea de paso, no tiene una tasa de mortalidad más alta que la de un resfrío común.


La misión del periodista, más que informar “copuchas”, debe ser dar a conocer a la gente la actualidad nacional e internacional, cosas de peso que sí nos influyen. Los llamados opinólogos son los que han hecho que el periodismo sea para algunos nada más que una reunión de centro de madres, y por eso son ellos quienes han ido día a día menoscabando la profesión. Si bien toda persona tiene derecho a opinar, algunas deberían tomar con mayor responsabilidad sus palabras. Para poder discutir con alturas de miras.


Mientras exista el deseo de la gente por llegar a la verdad el periodismo existirá. Es misión de los verdaderos periodistas volver a llevar en alto la profesión, para así poder decir con orgullo, ¡si yo soy periodista¡

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