Buscar este blog

jueves, enero 07, 2010

Una cerveza y tu recuerdo


Recuerdo la sensación de libertad cuando anduve por primera vez en bicicleta, pero lo que está nítido en mi mente es que tú estabas allí, detrás de mí, vigilándome, cuidándome y preparado para recibirme por si caía.


Recuerdo la primera guitarra que me regalaste, de madera brillante, color café claro, con unos puntitos para saber dónde poner los deditos. Mis ojos brillaron y los tuyos se llenaron de ese brillo de orgullo, al verme tocándola, aunque sonaba horrible, tú me decías que tocaba hermoso.


Recuerdo los dulces que me comprabas a escondidas de mi mamá, para que no se enojara por salirme de la dieta, te contaba mi día y me escuchabas como si fuera lo más importante del mundo, aunque sólo hablara de los niños que me caían mal.


Recuerdo mi primera borrachera y tu voz a lo lejos diciendo “la niña viene enferma”, pasaste toda la noche limpiando el vomito del auto, de la casa y lavando la ropa. También recuerdo tu mano sobre mi frente cuidando que no vomitara al dormir.


Recuerdo tantas cosas que no me queda más que llorar, no lloro por que no te olvido, no quiero hacerlo, lloro por que siento que fue tan pronto, que no puedo formar más recuerdos contigo.


Recuerdo que ya no estás y me duele.




No hay comentarios.: