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domingo, enero 31, 2010

Dónde las nubes son de algodón, un pueblito llamado caldera


Tres escritos del viaje, en el orden que los escribí, en resumen mis días en este pueblito hermoso



1.- El tipo curioso


Unos pies extraños, con la aleta casi amoldada a ellos, tu cabello claro y teñido por la sal y el sol, me dicen que eso para ti es más que un hobby.

Tu extraño hablar y tu particular fisonomía, me dice que no eres de por aquí. Le dices con dificultad a tu compañero, el cuál que a simple vista siente la misma curiosidad que yo, en una mezcla de lenguajes y señas una serie de historias que te entusiasman y desesperan, las pocas palabras que se entienden son agua, roca, ola y lobo. Sí es un hecho, eres un niño nutria.


2.- En equilibrio


El agua moja mis pies como antes solía hacerlo, me sentía uno con el mundo y el mar me acariciaba, mientras contaba mis penas en silencio, me abrazaba suavemente y yo me reconfortaba en él.

El viento secaba aquellas lágrimas que caían en silencio, mientras sentía el tibio beso del sol de la tarde sobre mi piel.

Alcé la vista, llena de serenidad, los chicos corrían, madre e hija jugaban un poco más adelante, respiré la bocanada más fresca de aire puro. Ese que casi no se encuentra en la ciudad.

Todo era diferente, la vida da y quita, eso no se puede cambiar, pero puedo aún disfrutar lo que tengo no es para nada poco.

El cielo estaba azul y despejado, a la lejanía unas nubes regordetas, como de algodón, el mar brillante y limpio, la arena suave, y el agua fresca. Tal como ahora siento el mundo.



3.- Salida de escape


Esta tos que me acompaña a diario y me advierte que tarde o temprano me iré. El sol está alto y potente a pesar de que ésta es sólo una despedida más.

Sobre esos cerros imponentes los rayos de sol y éstos dinosaurios dormidos se ven orgullosos, voy de regreso a ese lugar que me obligo a escapar.

Miro por la ventana… el sol, los cerros. La gente no ha cambiado está todo como lo dejé, pero eso ya no es problema.

Y si todo se vuelve a pudrir en el techo o en el cielo bien alto, siembre habrá una salida de escape.

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