Recuerdo mi infancia y te veo por que parte de mi y mi infancias eres...
Árbol robusto, cascada que canta fuerte,
brazos de pampino en una ciudad angosta,
imaginación atada a un volantín que vuela alto,
Pero no huye;
Historia sin fin mil veces contada,
ira que explota y luego se calma,
voz ronca con sentimiento suave coraza de chocolate y caramelo,
joven impetuoso... viejo bueno,
eterno y simple,
Aterrizado y etéreo.
si tu alma parte la llamaré de nuevo,
cien veces en cien poemas bellos,
por la palabra breve que resume todo
Abuelo... Abuelo... Abuelo.
Hada Matras
No hay comentarios.:
Publicar un comentario