Buscar este blog

viernes, diciembre 11, 2009

La sabia naturaleza

Nunca conoceré tus manos, ni tus ojos, ni tu piel, jamás podré decirte cosas lindas, ni cantarte al oído como lo soñé, ningún otro te podrá remplazar, ningún otro llevara tu historia.

No lo sabía, lo sospeche, sentí algo distinto, un brillo en mis ojos, mi cuerpo cambiando, te sentí, pero para ese entonces ya era muy tarde, tu ya habías dejado de latir.

No era el momento, no era el lugar, mi mente no estaba en mí. Me consuela pensar que tú volverás, aunque en otro cuerpo, con otro nombre, de otra historia. Una menos turbia, más sincera, más rosa.

Te marchaste sin decirme adiós y ahora para siempre estarás en mí, el niño sin nombre, ese que amé y perdí.

No hay comentarios.: